Tres de espadas

Paola Velázquez Camacho
5 min readApr 17, 2020

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Estos días se me han hecho bastante pesados. Entre lecturas y lecturas sentía que mi energía se había ido vaciando. El día de hoy decidí leer una carta para mí antes de meditar. Usualmente suelo preguntar por un mensaje que me ayude o me de una pauta para trabajar algo en mi día. El día de hoy el mensaje fue sobre duelo, amor propio, la expresión de sentimientos y los límites. No creo en las casualidades. Hoy tenía programado mi vuelo para irme a trabajar a Francia durante un año. Un viaje que tenía planeado desde hace años. Desde que comenzó el brote de coronavirus me mantuve firme en que pasara lo que pasara yo iba a viajar, total, no me asusta morir y si muero que mejor que morir lejos de México (jajaja!). Este tiempo en casa me sirvió como una pausa obligatoria y necesaria para sentir si este viaje estaba alineado conmigo ahora, o si solamente me estaba aferrando a un sueño que ya había caducado hace tiempo y que se relacionaba con una vieja relación. Después de gritar, de putear a todos los que me preguntaban sobre lo que iba a hacer y de llorar, comencé a darme cuenta de que toda esta situación no me pasó a mí, si no que pasó para mí. Una oportunidad para voltear a ver hacia dentro y sentir. Sentir que me sentía presionada por cumplir con mis propias expectativas, de demostrarle a mi familia que era la primera mujer que se salía de la casa sola sin depender de un wey. De demostrarme que era aventurera y estaba dispuesta a tomar riesgos grandes, vivir al límite. De escaparme de mis sueños, de mis dones y mi corazón.

La verdad es que este “plan” se escuchaba muy bien hace unos años, pero la persona que tuvo ese sueño siguió creciendo, trabajando en ella misma y conociéndose. La verdad es que ya ni siquiera estoy segura de querer ir específicamente a ese lugar. En los últimos años me he enamorado de América Latina y de México. Sueño con irme al sur por un tiempo. Y la idea de que vivir en el extranjero me hace “mejor” o “más chingona que” se ha ido muriendo poco a poco. A la par de ese viaje, estoy aprendiendo a dejar ir esos vínculos que no funcionaron, que no funcionan o que tal vez funcionaron por un momento y dieron todo lo que tenía que dar. Amigxs, familia,posibilidades que nunca llegaron a concretarse, ex parejas, expectativas laborales.

Poco a poco aprendo a quitarme de esos lugar que hacen daño, a dejar de lastimarme constantemente esperando un cambio que nunca va a llegar y aprender a honrar mis decisiones, aprender a honrar mis “no”. Poco a poco aprendo que no es cierto que más vale bueno conocido que malo por conocer.

Siempre me sorprende la magia y la sincronicidad que hay en una lectura de tarot. Cuando comencé con la lectura y escribía lo que sentía al ver las cartas, no me había dado cuenta “conscientemente” del día que era hoy. Estaba claro que mi corazón ya lo sabía desde hace unos días.

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Comencé con una carta del oráculo para saber las energías que estaban de trasfondo. “Tú tienes el amor”. Esta carta es una llamada de atención para recordar que muchas veces, vemos con amor incondicional a las personas a las que queremos, ignorando esas conductas que nos dañan por un exceso de “empatía” y falta de límites y amor propio. En otras palabras, codependencia. ¿Cuántas veces por andar buscando ese amor que no nos sabemos dar nos conformamos con segundos de atención de otra persona?Dejamos nuestras necesidades de lado y nos conformamos. Pasamos ansiedad e incomodidad esperando una realización mágica, en donde la persona se da cuenta de todo lo que valemos y ¡pum! hay cambio repentino de conducta. Aceptamos y vivimos de migajas -olvidando, o incluso no sabiendo- que dentro de cada unx de nosotrxs hay una reserva ILIMITADA de amor.

El tres de espadas, para comenzar se compone del número 3, que hace referencia al amor propio, a expresar sentimientos y a la creación (¿Qué mejor manera de honrar a esta carta que compartiendo este post?). Las espadas representan al aire: a los pensamientos, las acciones, la lógica. En la imágen hay un corazón que está atravesado por tres espadas, de cada herida sale un líquido negro, viscoso. Detrás del corazón se ve una tormenta, el cielo nublado y la lluvia. La lluvia que limpia la tierra, la lluvia que limpia las heridas.

El día de hoy toca voltear hacia dentro. El día de hoy me hago responsable de mi mismx. ¿Qué me duele? ¿Qué ideas y pensamientos me están apachurrando el corazón?

El día de hoy toca aprender a bailar bajo la lluvia, vivir el dolor y sentirlo. Únicamente sintiendo mi dolor, mi enojo, mi duelo, mi frustración y mi decepción voy a permitir que las heridas sanen.

El día de hoy elijo dejar de ponerme curitas. Dejo de evitar el dolor. Dejo de tomar las migajas de vínculos que caducaron hace años y que solamente me envenenan e infectan mis heridas. El día de hoy dejo de refugiarme en el “tener que hacer”, el día de hoy reconozco mi duelo pero también recuerdo que se vale reir.

El día de hoy me cuestiono ¿de qué manera me alejo de mi mismx? ¿en qué relaciones estoy dejando de poner límites claros y sanos? ¿a qué vínculo/s me estoy aferrando y necesito dejar ir? ¿De qué manera puedo darme más amor?

El duelo no es un proceso lineal. Sube y baja como la marea, como una montaña rusa. Esta cuarentena nos permite observar que nuestras emociones no son estáticas, que como la naturaleza y las estaciones, están en constante movimiento. Escucha a tu cuerpo. El cuerpo es un canal de energía y lo que no exteriorizamos se queda atorado y se manifiesta con dolor, como rigidez. Crea, expresa, mueve.

Aquí te dejo una práctica muy rica de yoga que está hecha para sentir el duelo. Yo la disfrute bastante, espero que tu también.

Te dejo también una canción de Florence + the Machine: https://open.spotify.com/track/6Ju28M6P8Y8sLjBgWjyUUD?si=gqJrVa6PSeeZsKIBGItg2g

Besos,

Pao.

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Paola Velázquez Camacho
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Written by Paola Velázquez Camacho

escribo desde el el corazón. Instagram: paoesmagia

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